La palabra trauma proviene del griego y significa herida, por lo general lo asociamos a lo físico, pero hoy nos referimos a la esfera emocional.

Trauma es el o los eventos adversos vividos por la persona que han dejado una profunda huella a nivel emocional, la experiencia vivida no necesariamente debe ser un acontecimiento catastrófico como un accidente, muerte de un cercano o evento climático importante, también pueden ser experiencias negativas cotidianas como haber sido testigo de violencia, ser víctima de bullying escolar o familiar, crecer en un ambiente de violencia intrafamiliar siendo testigo o víctima de abuso emocional, físico o sexual, el fallecimiento de su mascota amada, entre muchas otras experiencias a lo largo de nuestro ciclo vital.

Estos acontecimientos adversos, sobre todo en la primera infancia (0-8 años), estructuran nuestra personalidad e incrementan emociones negativas y pensamientos negativos sobre nosotros mismos y lo que nos rodea, esto hace que posiblemente ante eventos actuales sobre-reaccionemos no entendiendo por qué nos ocurre esto, claro, si buscamos explicaciones en la actualidad no encontraremos, porque no es ahí donde hay que buscar, sino, en nuestro pasado que es donde se forma nuestra personalidad y donde también quedó la huella imborrable de la experiencia traumática. Por ejemplo, un niño expuesto a violencia intrafamiliar crece siendo testigo de como su padre golpea a su madre, esto genera sentimientos de impotencia por no poder ayudar, a medida que crece esta emoción se transforma en rabia, la diferencia es que ahora sí puede ayudar enfrentando a su padre con violencia tal y como aprendió, probablemente este adolescente o adulto se haya transformado en una persona agresiva en general ya que su cerebro podría percibir cualquier acto como una falta de respecto o un ataque, esto se debe a que las áreas encargadas de procesar las emociones no lo hicieron adecuadamente por lo que la información no se “guardó” de manera adaptativa generando estas respuestas condicionadas agresivas ante cualquier acto que perciba como dañino como, por ejemplo, una broma, una discusión o intercambio de opiniones, un simple juego de cartas podría tener una consecuencia impensable para esta persona.

¿Qué hacer?

Si alguien te dice o tú te das cuenta que sobre reaccionas frente a situaciones cotidianas debes consultar a un especialista, no busques causas actuales porqué probablemente no las encontrarás y eso te generará aún más angustia, es posible que estés siendo víctima de emociones pasadas que están estancadas y se hacen presentes cada vez que encuentran algún disparador externo, no dejes pasar el tiempo, hazlo por tu salud emocional.

REFERENCIAS

«Getting Past Your Past: Take Control of Your Life», Francine Shapiro

«Trauma and Recovery», Judith Herman.