Existen muchas personas que por causas justificadas o no, presentan una fobia adquirida a los animales en general o a alguna especie concreta en particular. Pero lo cierto es que, además de ser fobias posibles de tratar y con buenos resultados, se están cerrando la puerta a la posibilidad de disfrutar de los beneficios que pueden aportarnos los perros, los gatos, las aves, los conejos, los caballos e, incluso, los delfines. A esta unión entre Psicología y Animales se la ha definido técnicamente como Terapia Asistida con Animales o Zooterapia y aunque a priori pueda parecer una simbiosis extraña, a continuación veremos cuáles son sus aplicaciones y sus múltiples ventajas.

Podríamos decir que este tipo de intervención es una de las formas más innovadoras desde las que, mediante un enfoque multidisciplinar, se persiguen objetivos de tratamiento y se saca el mayor beneficio posible del vínculo que se establece entre el animal y la persona.

Se ha podido comprobar que esta intervención resulta especialmente efectiva en aquellos pacientes con problemas de atención o aprendizaje (fundamentalmente niños). Aunque también presenta resultados muy beneficiosos y positivos en otros colectivos como la tercera edad, personas en riesgo de exclusión social, con trastornos del comportamiento o con algún tipo de discapacidad.

En cuanto a los tipos de intervenciones que se pueden realizar con la ayuda de los animales, podríamos decir que pueden establecerse dos grandes grupos:

  1. Terapia Asistida con Animales. Se lleva a cabo por Psicólogos que se han especializado en este ámbito. Irá focalizada a la mejora o remisión de síntomas psicológicos, fisiológicos y/o sociales. Además, es necesario el apoyo de un equipo técnico, así como de otros profesionales encargados de otras áreas de intervención con la persona.
  2. Educación Asistida con Animales. Donde se desarrollan programas elaborados por profesionales de la Educación que se han formado en este campo. Más enfocados a la consecución de objetivos educativos y lúdicos. Aquí también será necesaria la colaboración de un equipo multidisciplinar.

En ambas perspectivas se elabora una intervención y plan de tratamiento cuya base y objetivos están únicamente mediados por las características y necesidades del paciente concreto.

En función de cada problemática, se puede trabajar de distintas formas para obtener diversos beneficios, pero a rasgos generales la intervención con animales en un proceso terapéutico trae consigo:

  • Mejora de las relaciones.
  • Mayor empatía.
  • Estímulos positivos a niveles físico y psicológicos.
  • Aceptación del prójimo.
  • Entretenimiento.
  • Socialización.
  • La compañía del animal puede servir como conexión con lo que pasa a nuestro alrededor.
  • Disminución del estrés.
  • Mejora del estado de ánimo.

En resumidas cuentas, podríamos decir que aportan beneficios tanto físicos como psicológicos, educativos y sociales, por lo que es una opción de tratamiento bastante interesante a tener en cuenta, sobre todo, en casos concretos durante la niñez y la vejez.

Referencias:

Martínez Abellán R. La terapia asistida por animales: una nueva perspectiva y línea de investigación en la atención a la diversidad. Indivisa Boletín de Estudios e Investigación, núm. 9, 2008, pp. 117-143. La Salle Centro Universitario. Madrid, España.

Ristol F y Domènec E. (2011). Terapia Asistida con Animales. I Manual práctico para técnicos y expertos en TAA. Ed.: CTAC Ediciones, Barcelona.