Sigmund Freud nació el 6 de mayo de 1856 en Freiberg, Moravia, que en la actualidad es parte de la República Checa (aunque su vida se desenvolvió principalmente en Viena, Austria) y murió 23 de septiembre de 1939 en Londres, Inglaterra donde huyó de los nazis en 1938. Fue un neurólogo y un prolífico autor que funda el psicoanálisis y cuyos, también muy amplios, aportes siguen gravitando fuertemente hasta el día de hoy.
En esta primera parte entregaremos una panorámica general de los aportes de Freud a la psicología para, en entregas posteriores, referirnos más en extenso a cada una de las seis categorías en que hemos dividido, de forma esquemática, a sus principales contribuciones.
1. Teoría del inconsciente: Freud tenía la perspectiva de que nuestra mente consta de tres niveles: consciente, preconsciente e inconsciente. El inconsciente alberga pensamientos, emociones y deseos que están fuera de nuestra conciencia pero que influyen en nuestro comportamiento y en el modo en que experimentamos la vida. Para Freud, muchas de nuestras motivaciones y conflictos provienen del inconsciente, y el acceso a él es fundamental para comprender y abordar problemas psicológicos.
2. Estructura de la personalidad: Freud dividió la personalidad en tres componentes interrelacionados. El ello es la parte más primitiva y se rige por el principio del placer, buscando satisfacer los impulsos y deseos más básicos. El yo es responsable de mediar entre los impulsos del ello, las demandas de la realidad y las normas sociales. El superyó, por su parte, representa nuestra conciencia moral internalizada y contiene los valores adquiridos a través de la socialización. El equilibrio entre estos elementos es crucial para un funcionamiento psicológico saludable.
3. Psicoanálisis: Freud fundó el psicoanálisis como un enfoque terapéutico para explorar el inconsciente y tratar los trastornos psico-emocionales. La terapia psicoanalítica se basa en la relación entre el analista y el paciente, donde se alienta al paciente a hablar libremente y expresar sus pensamientos, sentimientos y recuerdos. A través de la interpretación de los contenidos inconscientes que emergen, se busca una mayor comprensión de los conflictos internos y su resolución.
4. Interpretación de los sueños: Freud consideraba los sueños como una manifestación de deseos y conflictos inconscientes. Pensaba que los sueños tienen un contenido manifiesto (la historia del sueño tal como se recuerda) y un contenido latente (el significado simbólico oculto). Al analizar los sueños y descubrir su contenido latente, se puede acceder a los deseos reprimidos y comprender mejor la psicología del individuo.
5. Complejo de Edipo: El complejo de Edipo es un concepto central en la teoría freudiana del desarrollo psicosexual. Se refiere al conflicto psicológico que ocurre durante la infancia, en el cual el niño experimenta atracción hacia el padre o madre del sexo opuesto lo que implica rivalidad con el padre o madre del mismo sexo. Freud argumentaba que este complejo tiene un papel crucial en la formación de la identidad sexual y la estructuración de la personalidad.
6. Sexualidad infantil: Según Freud, la sexualidad tiene un papel significativo en el desarrollo humano y atraviesa diversas etapas psicosexuales durante la infancia. Estas etapas incluyen la oral (centrada en la zona oral), anal (centrada en la zona anal) y fálica (centrada en la zona genital). Freud sostenía que las experiencias y conflictos en estas etapas tienen una influencia duradera en la personalidad adulta y pueden dar lugar a problemas psicológicos si no se resuelven adecuadamente.
El esquema presentado, como cualquier otro esquema o taxonomía, puede resultar confuso por cuanto se tiende a identificar todo aporte de Freud como dentro del espacio del psicoanálisis, sin embargo – entendemos – esta forma de presentar sus aportes puede resultar beneficiosa como para entender, o poner en perspectiva, el impacto de sus contribuciones en el marco general de la psicología. En esta instancia, recomendamos también ver algunos artículos anteriores de otros autores que tuvieron vinculación e injerencia en Freud, como los casos de: Josef Breuer y Jean Martin Charcot.
Para finalizar esta primera entrega resulta imposible no referirse a que la historia de la psicología y de los tratamientos psicológicos no sería lo mismo de no ser por la obra de Sigmund Freud. Si bien, y como es natural a los personajes de alto perfil, muchos de sus visiones han sido puestas en tela de juicio e, incluso, fuertemente criticadas los derroteros de la disciplina que conocemos como psicología sería distinta, otra, sin él.