La terapia de grupo es un enfoque de tratamiento donde un profesional de la salud mental utiliza técnicas terapéuticas para abordar aspectos psicológicos y emocionales de las experiencias vividas por los participantes, así como, para tratar diferentes psicopatologías. 

El objetivo principal de esta terapia es compartir un problema con el grupo y que los participantes se ayuden y comprendan mutuamente. 

Los psicólogos entrenados en esta terapia, especialmente en la enfocada a víctimas de violencia sexual es común que tengan las siguientes características:

  1. Tener conocimiento sobre la violencia sexual.
  2. Poseer un interés genuino en ayudar a las víctimas en su recuperación.
  3. Saber manejar el trauma.
  4. Enseñar habilidades de afrontamiento para manejar el estrés.
  5. Cambiar el ajuste terapéutico en caso de que no se esté cumpliendo con los objetivos establecidos.
  6. Colaborar con otros profesionales en caso de ser necesario para ofrecer una mejor atención a las participantes. Entre otras.

  Beneficios de la terapia grupal son:

  1. Reducir la ansiedad y depresión.
  2. Minimizar el estrés postraumático.
  3. Ayudar a relacionarse con otras personas.
  4. Compartir diferentes puntos de vista para abordar la problemática.
  5. Fomentar las habilidades sociales.
  6. Aprender de las experiencias de los otros participantes.
  7. Ganar autoestima. 

En el caso de las mujeres que han sufrido violencia sexual, esta terapia es beneficiosa para ellas ya que no se sentirán solas con su problema y conocerán a otras mujeres que han pasado por la misma situación, ayudando así a reducir esa sensación de culpa, soledad y aislamiento que puedan sentir. También ayuda a que las víctimas manejen sus emociones de manera saludable y mejoren sus habilidades interpersonales. 

Para iniciar con una terapia grupal en mujeres violentadas sexualmente y aprovechar todos los beneficios de la misma,  generalmente, el psicólogo al ser el guía del grupo, primero evalúa a cada participante con el fin de crear un plan terapéutico que combine los enfoques individuales con las actividades que se realizaran en el grupo; segundo, es importante que las mujeres que participen en estos grupos lo hagan de manera voluntaria, así cuando se comience con la terapia, ella se debe sentir cómoda con las demás; y por último, durante la terapia se interactúa con el psicólogo y entre las participantes para alcanzar los objetivos terapéuticos; esta interacción debe ser muy cordial, sincera y amena. 

Es importante mencionar que si se combina esta terapia con la terapia individual se podría conseguir un óptimo resultado para las víctimas, aunque hay que respetar si la víctima solo prefiere la terapia individual, siendo la misma muy beneficiosa para ella también. 

Para complementar la terapia individual y grupal, es necesario también que las personas fuera de la terapia ya sean familiares, amigos, compañeros que conozcan la difícil situación por la que atraviesa la víctima, puedan ser una ayuda para ella, haciendo lo siguiente:

  1. Escuchándola sin juzgar.
  2. Brindándole apoyo emocional en todo momento.
  3. No culpabilizarla.
  4. Velar por su seguridad.
  5. Tenerle paciencia en su proceso de recuperación. 
  6. Acompañarla en caso de que quiera hacer la denuncia correspondiente ante las autoridades. 

En conclusión, si la víctima recibe el apoyo psicológico adecuado y el apoyo de las personas allegadas a ella de manera eficiente, esto hará posible su proceso de sanación.