“El inconsciente esta estructurado como un lenguaje” J. Lacan

“…quién se responsabiliza de sus palabras, se responsabiliza de sus actos” J.C. García

Lacan en su enseñanza mencionaba que una de las cosas que nos diferenciaba de las otras especies animales, era la capacidad parlante de los seres humanos, de una manera simple equivaldría a entender que las palabras y frases que utiliza una persona de forma cotidiana en sus conversaciones son casi únicas; la estructura y el contenido del lenguaje hablado y escrito que utiliza una persona codifica y descodifica una manera de expresiones que le da particularidad, singularidad y una “huella lingüística” que está directamente relacionada con su personalidad, por lo que no hay dos personas que utilicen el lenguaje y las palabras exactamente del mismo modo, de ahí parte una afirmación del investigador Don Foster al mencionar que “Los seres humanos son prisioneros de su propio lenguaje”.

…dime qué escribes, cómo lo dices y te diré quién…

La lingüística forense en su metodología compara los escritos de textos disponibles en busca de hábitos lingüísticos similares que incluyen la identificación de palabras, uso del vocabulario, argot, tecnicismos profesionales o intelectuales, regionalismos e incluso puntuación y estilo, no se menosprecia ningún detalle de la forma y contenido del documento y el soporte en el que se encuentra. Si el estudio y análisis es de una conversación grabada, hay que tener en cuenta en ritmo, la fonética, las pausas, la entonación, la separación entre palabras, la construcción de enunciados que son elementos fundamentales para determinar las “huellas del pensamiento” que aparecen continuamente al hablar o al escribir, es claro que ninguna persona puede abstenerse de hablar o de escribir de cosas que representan importancia y relevancia para ella, es decir, son significa-tivas en dos contextos, el diacrónico y el sincrónico, es decir, de manera muy simple y sencilla, en el eje diacrónico lo que a través del tiempo y de su historia personal ha representado aspectos importantes a lo largo de su vida, y por otro lado, lo sincrónico estaría dado por lo que es relevante en este momento en la vida actual del o la sujeto, de tal manera que todos estamos constituidos por un eje diacrónico y sincrónico de vivencias en la historia de vida personal que constituyen las “huellas del pensamiento”. Éstas se manifiestan de manera consciente e inconsciente en los temas, problemáticas y condiciones humanas que abordamos e intervenimos, siendo el lenguaje hablado y escrito una forma particular e individual de referirnos a ellas con hábitos lingüísticos escriturales y hablados que ponen de manifiesto lo que es significante para cada quién y muestra formas de comportamiento que alcanzan para que el investigador de cuenta de un perfil de personalidad y, por ende, de la intencionalidad de una conducta constitutiva o no de un delito, que es lo que finalmente interesa al ámbito legal en especial al penal.

Es la teoría psicoanalítica, creada por S. Freud, la encargada del estudio de los procesos inconscientes que gobiernan la conducta y el comportamiento humano, para dicha teoría el inconsciente es parte fundamental y explicativa del porqué de ciertas reacciones y ciertos comportamientos ante la vida cotidiana, para Freud las “huellas mnémicas” o “huellas del pensamiento”, como habíamos comentado, constituyen un eje medular en la conformación de la personalidad, es por eso que la “lengua materna” constituye un núcleo primordial que da identidad y comienza a construir y constituir la personalidad de cada quién de manera singular e irrepetible dada su condición inconsciente de transmisión del lenguaje de la madre al hijo. Es J. Lacan, psicoanalista de origen francés, quién a través de su enseñanza introduce la lingüística tomando como eje de estudio a Sassure y Levi-Strauss, desplazando sus conocimientos a la teoría psicoanalítica, es decir, al complejo universo del inconsciente, dando relevancia a la estructura lingüística partiendo de la relación significante/significado, mostrando a través de su enseñanza de manera inquietante, provocativa y subversiva que los sujetos están barrados por el lenguaje y se constituyen psíquicamente por cadenas significantes S1, S2, S3,…Sn, siendo desconocido el significado, pues este se alberga en el inconsciente al cual el sujeto no tiene acceso si no es a través de la palabra; palabra escrita, palabra hablada.

Para Lacan y el psicoanálisis de orientación lacaniana que aborda la lingüística en su estructura encaminada al inconsciente, el ser-hablante, pone de manifiesto su inconsciente en el uso de las palabras (significantes), de ahí la importancia de la enseñanza lacaniana en la lingüística forense y la aproximación a la verdad en la intencionalidad de los actos y su relación con la personalidad de quién los realiza.