La Enfermedad del Alzheimer, como todos más o menos sabemos, es un problema neurodegenerativo que de forma progresiva va mermando la capacidad y autonomía de quien la padece. En función de los diferentes momentos observados de dicha enfermedad, encontramos unos rasgos característicos que nos pueden ayudar al trabajo desde la prevención y la elaboración de recursos, tanto humanos como prácticos, para obtener tantos beneficios como sean posible. De esta forma, nos encontramos con que las diferentes etapas de la EA se caracterizan (a nivel neuropsicológico) por:
PERFIL EN FASE PREDEMENCIA
Es importante conocer la transición entre envejecimiento normal y la demencia, puesto que así podremos entender cómo evoluciona la enfermedad y podremos determinar cuáles son los individuos con más riesgo para desarrollar EA. A continuación, recogeremos cuáles han sido los resultados obtenidos a través de las últimas investigaciones hechas al respecto:
Alteraciones neuropatológicas y cognitivas
Se ha podido comprobar, que los pacientes que finalmente desarrollan una EA presentan alteraciones neuropatológicas y cognitivas desde años antes de que produzca el diagnóstico clínico. Las alteraciones observadas con más frecuencia son:
- En el hipocampo (atrofia hipocampal significativa) y las regiones más próximas al mismo.
- Presencia de placas corticales de beta-amiloide en pacientes con síndrome de Down.
- Placas de J3A en la corteza cerebral en más de una cuarta parte de personas mayores de 75 años.
- Cambios cognitivos incluso 9 años antes del inicio de la demencia.
- Cambios neuropatológicos en la corteza entorrinal (marcada pérdida neuronal en esta región temporal medial).
- Fosforilación de la tau (desemboca en la formación de ovillos neurofibrilares).
- Alteraciones en las medidas en el tensor de difusión en el hipocampo, el tálamo, la circunvolución cingulada posterior y algunas regiones de la sustancia blanca posterior.
- Alteraciones de la memoria episódica, de las funciones ejecutivas, la habilidad verbal, la atención y la velocidad perceptiva.
- Alteración en el recuerdo libre en las pruebas de memoria.
- En fases muy precoces de la EA la alteración de la memoria episódica, las funciones ejecutivas y el conocimiento semántico, es paralela a los cambios neuropatológicos iniciales de la enfermedad.
- El Deterioro Cognitivo Leve sin otras alteraciones cognitivas o funcionales se ha identificado como el pródromo de la EA.
- Un 30% de los pacientes con Deterioro Cognitivo Leve (DCL) termina padeciendo EA en un seguimiento posterior de 2 años aproximadamente.
- El DCL amnésico es a menudo un estadio intermedio entre el envejecimiento normal y la enfermedad de Alzheimer.
PERFIL EN EL DESARROLLO DE LA EA
Ya hemos visto que el síntoma principal que hace saltar todas las alarmas por un posible caso de EA es la pérdida de memoria episódica, pero existen otras muchas manifestaciones cognitivas que finalmente terminan por constituir un cuadro clínico con dicho diagnóstico. El perfil del paciente que se encuentra en pleno curso de desarrollo de la EA se caracteriza por:
Alteraciones neuropatológicas y cognitivas
EA inicial:
- Dificultad para aprender y retener nueva información.
- Pérdida de la orientación temporal.
- Primeras dificultades para recordar datos de memoria episódica autobiográfica (mayor facilidad para recordar hechos remotos).
- Comienza a observarse con mayor facilidad la afectación de ambos hemisferios cerebrales, por lo que la afectación mnésica se da por igual tanto para material verbal como para material visual.
Cuando la EA progresa:
- Alteraciones del lenguaje y de la memoria semántica.
- Dificultad para reconocer y recordar el nombre de las cosas.
- Alteraciones en la fluencia verbal.
- Dificultades para la ejecución de pruebas que implican asociaciones semánticas no verbales.
- Alteración en la programación y ejecución de movimientos voluntarios (apraxia).
- Trastornos de la percepción visual compleja.
- Alteraciones de la lectoescritura.
- Alteraciones de la percepción visual compleja.
- Falta de conciencia de enfermedad.
- En la EA frontal, aparecen afectadas de forma prematura la flexibilidad cognItiva y la capacidad de planificar.
EA en fase moderada/avanzada:
- Empiezan a observarse alteraciones y déficits en la comprensión y el lenguaje escrito.
- Apraxia del vestir.
- Hay algunas vías de comunicación cerebral que se encuentran comprometidas en algunas formas atípicas de EA y provocan una alteración visual más grave que en la EA típica.
- Alteraciones de la conducta social.
- Desinhibición.
Como hemos visto, cada fase tiene unas características distintivas que van cambiando progresivamente y para que las que necesitaremos diferentes recursos atencionales. Un trabajo integrado desde las diferentes disciplinas necesarias (neurología, fisioterapia, neuropsicología, terapia ocupacional…) será la opción más completa para tratar de frenar el deterioro.