Este nuevo virus que nos está afectando a gran parte de la humanidad, se ha llevado consigo nuestras rutinas cotidianas, la relación que tenemos con nuestros seres queridos e incluso nuestra ocupación diaria. Sin duda adaptarnos a todos estos cambios no es fácil.
Uno de los grandes retos a nivel psicológico, lo encontramos en nuestra mente, siendo habitual que produzca una gran cantidad de pensamientos que no siempre sabemos manejar ni regular y que nos pueden provocar mucho sufrimiento y ansiedad. Los pensamientos habituales en un momento como éste, son de diferentes tipos. A continuación te hablo de ellos y te doy unas pautas básicas para que puedas regularlos y que los pensamientos no secuestren tu cuerpo y mente.
- Anticipaciones: Estos pensamientos tratan de prepararnos mental y emocionalmente para afrontar situaciones complejas en el futuro, de modo que nuestra mente, comienza a producir gran cantidad de pensamientos sobre las posibles cosas que pueden ocurrir de aquí a unas semanas o meses. El Covid-19 puede traer hasta nosotros anticipaciones referidas a lo que haremos cuando volvamos a nuestra vida cotidiana, donde tendremos de nuevo libertad de movimientos, también podemos anticipar las posibles tareas y responsabilidades que deberemos retomar, tal vez incluso el aislamiento no ha hecho darnos cuenta de que nuestra vida necesita un cambio radical y nuestra mente puede aprovechar el tiempo libre que ahora tiene para planificar un posible proyecto o negocio, lo que sería el máximo ejemplo de cómo podemos salir reforzados y cambiar nuestra vida a raíz de una crisis o adversidad.
¿QUÉ PODEMOS HACER CON LAS ANTICIPACIONES? Si tu anticipación es positiva y gira en torno a nuevos proyectos o ideas, este momento extra que nos está dando el Covid-19, es una oportunidad para planificar en serio nuestro pasos, informándonos, haciendo algún curso online y acumulando información práctica para poner en marcha nuestras ideas cuando la normalidad comience a instalarse de nuevo.
En cuanto a esas otras anticipaciones que giran en torno al futuro, debes saber que el futuro lo construyes con tus pensamientos y emociones, por lo que si te centras en las cosas negativas, el futuro te parecerá oscuro y hostil, pero si intentas ver el lado positivo de la vida, te darás cuenta de que el mundo es un lugar amable, lleno de serenidad y amor.
Un ejercicio muy sencillo que puedes hacer para centrarte en la parte positiva de la vida incluso en plena crisis, es hacer lo siguiente: Siéntate con calma y a solas, reservando un tiempo solo para ti… observa tu respiración… calmada y lenta, siguiendo el ritmo sereno de los latidos de tu corazón… enfócate en tu cuerpo, enfócate en el presente… el único tiempo que realmente existe… en este instante todo está bien… tú estás bien… sientes una profunda calma en cuerpo y mente… comienzas a darte cuenta de la belleza de la vida… comienzas a sentir que te acompasas a la naturaleza… te haces consciente del sol sobre tu piel, del alegre canto de los pájaros, del susurro del viento que te rodea… puedes experimentar el silencio, que penetra en ti, que te hace sentir profundamente sereno… quédate un rato así, en esta calma, en este abandono…
- Pensamientos catastróficos: Este tipo de pensamientos son anticipaciones muy negativas sobre lo que el futuro nos traerá. En esta situación excepcional que estamos viviendo, los pensamientos catastróficos se pueden centrar en la economía, en la política, en la salud, en el trabajo, en la familia, etc. Y en cada de uno de estos temas, nuestra mente siempre encuentra los peores escenarios posibles, grandes crisis y catástrofes. Este mecanismo le ayuda a tu mente a adaptarse a una posible etapa negativa que traerá hasta ti situaciones complejas. Pero has de saber que los humanos no somos videntes, no podemos saber lo que ocurrirá mañana y por tanto, podemos frenar estos pensamientos catastróficos a través de la calma y serenidad, a través de la respiración.
Tu mente desea anticiparse, ir dos pasos por delante, pero tú sabes que esa estrategia no es muy útil, que para sentir calma, debes vivir en el presente. Por ello te animo a que practiques el ejercicio que te he propuesto arriba y también que realices alguna actividad cotidiana consciente (lavar los platos, lavarte los dientes, comer, etc.), atendiendo al modo en que tus músculos se esfuerzan, cómo encaja la respiración en estas actividades, sintiendo en tus manos las sensaciones del agua y el jabón, etc. El antídoto de los pensamientos catastróficos siempre está en el presente, siempre está en ti.
- Pensamientos repetitivos (rumiaciones): Son pensamientos negativos centrados en uno mismo, en la vida y preocupaciones en general, que se repiten una y otra vez en tu mente durante el día, llegando a sentirte embotado mentalmente, como si tu cabeza estuviera cansada de tanto pensar. Las rumiaciones tienen la capacidad de modificar nuestro estado anímico, siendo habitual sentir tristeza, miedo y ansiedad. En ocasiones, las rumiaciones también están presentes durante la noche, cuando nos vamos a dormir, lo que puede producir insomnio y cuando no descansamos, nuestra mente y cuerpo se agotan, llegando a creer que la vida no tiene sentido.
Los pensamientos y emociones van unidos, de modo que en el momento en que pensamos algo, sentimos una emoción y al contrario, cuando sentimos alguna emoción, nuestros pensamientos les siguen. Al tener una relación tan estrecha, cuando cambiamos los pensamientos estamos cambiando nuestras emociones. Mi consejo ante las rumiaciones es que cuando las identifiques, cuando te hagas consciente de estar pensando una y otra vez en algo, guíes tu atención a la respiración y si el pensamiento persiste, sigue atendiendo a tu respiración al tiempo que imaginas que el pensamiento es una nube que expulsas de tu cabeza con el aire que entra y sale de tu cuerpo. Tú eres más poderoso que los pensamientos.
Recuerda que para convivir con tus pensamientos debes hacerte consciente de ellos, debes conocerlos, saber cómo son y lo que quieren decirte. Por ello, si quieres comenzar a familiarizarte con tus pensamientos, puedes rellenar una tabla como la siguiente.

Este artículo fue escrito por Elena Alameda Jackson, Licenciada en Psicología Clínica y de la Salud. A Elena la pueden contactar en su perfil de We Doctor: https://tuconsulta.we-doctor.com/agenda/3080192