En el anterior post que compartí contigo (https://psiconetwork.com/covid-19-convivir-con-los-pensamientos/), te hablé de los pensamientos y cómo en una situación de aislamiento como la que estamos viviendo, nuestros pensamientos pueden querer anticiparse al futuro, enviándonos imágenes muy negativas del futuro e incluso del presente. Ya has aprendido a escuchar tus pensamientos, te habrás comenzado a familiarizar con ellos y en el post de hoy quiero que hagas lo mismo con tus emociones. ¿Me acompañas?
- Escucha a tus emociones: Para comenzar a comprender nuestras emociones, antes tenemos que escucharlas e identificarlas, adentrándonos en la magia de nuestra mente. Nuestras emociones pueden ser a veces como susurros muy leves, en otras ocasiones son como huracanes, que arrasan con todo. Solemos pensar que las emociones desagradables o “negativas” son perjudiciales porque nos hacen sufrir, pero has de saber que necesitamos a todas las emociones, sean agradables o desagradables. Su función es la de indicarnos amenazas, hacernos saber que debemos estar atentos. La mejor manera que conozco de escuchar mis emociones, es a través de la meditación, adentrándome en los laberintos de mi mente y aceptando cualquier pensamiento o emoción que se esconda en ella. A continuación comparto contigo una breve meditación que puedes practicar al tiempo que lees mis palabras.
Siéntate en un lugar donde no vayas a ser molestado, resérvate estos minutos solo para ti… céntrate en tu respiración… observa la eterna marea del aire que entra y sale de tu cuerpo… déjate llevar por la serenidad y calma que anidan en ti… Mientras te centras en la respiración, tal vez sientas que alguna emoción llega a ti con fuerza… no huyas de ella… reconoce su presencia… acógela en tu interior… envíale amor… Si sientes que la emoción se va haciendo cada vez más grande, que intenta cambiar tu respiración, imagina que es una ola de un mar bravío… observa cómo la ola (la emoción) nace, crece, se desplaza por el bello océano azul… observa su cresta y el inicio de la espuma, señal de que la ola comienza a deshacerse…. Así es tu emoción… nace, crece, se desplaza y finalmente muere… No te aferres a la emoción como no puedes abrazar la ola… fluye con tus emociones… fluye con tu respiración…
- Observa los cambios corporales que produce la emoción: Siguiendo el rastro de nuestras emociones, podemos acudir a nuestro cuerpo para observar cómo se expresan en él. En lugar de responder impulsivamente a la emoción (huyendo o desplazando la emoción hacia la comida y bebida para acallarla), quédate con ella, siéntela, observa cómo se expresa en tu cuerpo, observa las molestias en el estómago, el latido de tu corazón, observa si tu respiración cambia, observa también la tensión en tus músculos. Siente la emoción al completo, en tu cuerpo y mente.
- Conversa con tu emoción: Una vez que has identificado a la emoción en tu mente y en tu cuerpo, puedes hablar con ella para conocerla más, para comprenderla mejor. Sé que tal vez hablar con tu emoción te parece imposible o sin sentido, pero créeme, hablar con nuestras emociones es liberador. Si estás dispuesto a conocerte mejor, puedes hacer el siguiente ejercicio que te propongo:
Siéntate cómodamente y a solas… Busca a tu emoción en el cuerpo, a través de esos nudos que sientes en el estómago, a través de las molestias en la espalda, búscala también en tu corazón y respiración, en tu piel y órganos… Una vez que la tengas localizada, imagina que puedes sacarla de tu cuerpo y se presenta frente a ti como un persona u objeto… obsérvala, identifica cómo es (forma, color, textura, tamaño) y pregúntale cualquier cosa que quieras conocer, hazle saber que la escuchas y que si tiene algo que decirte, puede hacerlo. Las respuestas pueden venir a ti a través de imágenes, palabras, pensamientos o simplemente sabiendo lo que te quiere comunicar. Deja a un lado las críticas, abandona los juicios y déjate llevar por lo que te muestra la emoción. Cuando hayas preguntado todo lo que querías saber, despídete de la emoción, agradece su presencia y dile que a partir de ahora estaréis en contacto…
Regula tus emociones: Por último, una vez que has identificado a tus emociones y las has escuchado en cuerpo y mente, debes saber que hay ciertas cosas que puedes hacer para regular tu emoción, entre ellas:
- RESPIRAR: Si me lees habitualmente ya sabrás que soy fan absoluta de la respiración porque nos ayuda a calmarnos, nos centra y nos permite actuar desde la calma y serenidad, desde el amor y la gratitud. La respiración consciente calma los centros emocionales de tu cerebro, les envía el mensaje de que todo está bien, que se pueden relajar, así de poderosa es tu respiración. La respiración consciente te ayuda a observar el movimiento eterno del aire que entra y sale de tu cuerpo, te ayuda a centrar tu atención en el ahora, te conecta con tu cuerpo y te hace sentir que todo está bien, que la ansiedad y el miedo pueden descansar porque todo está en calma.
- CREATIVIDAD: Creo que la creatividad nos ayuda a regular nuestras emociones de una manera profunda, porque nos ayuda a expresar aquello que solemos callar, representándolo fuera de nosotros, creando algo que existe más allá de la frontera de nuestra piel. Algunas de las maneras en que puedes expresar tus emociones desde la creatividad, son: escribiendo, dibujando, pintando, haciendo cerámica o artesanía, componiendo música o tocando algún instrumento, etc. Encuentra alguna actividad que te guste e imagina cómo puedes expresar lo que sientes a través de ella.
Cuando comenzamos a escuchar a nuestras emociones más profundamente y aprendemos a regularlas, somos más genuinos, comenzamos a vivir en coherencia con quienes somos y con quienes queremos ser, liberándonos del pasado y viviendo en el ahora, en el presente.
Este artículo fue escrito por Elena Alameda Jackson, Licenciada en Psicología Clínica y de la Salud. A Elena la pueden contactar en su perfil de We Doctor: https://tuconsulta.we-doctor.com/agenda/3080192
