En publicaciones anteriores (https://psiconetwork.com/autoestima-y-bienestar-emocional/) hemos hablado sobre la importancia que nuestra autoestima puede tener en relación a nuestro bienestar emocional y viceversa. Como continuación, hoy vamos a exponer algunas ideas o ítems que nos pueden facilitar el trabajo (tan duro a veces) de mejorar la percepción y valoración que hacemos de nosotros mismos, y que nos pueden servir como punto de partida hacia un crecimiento personal satisfactorio y adecuado:

1.- Cuidarme a mí mismo
Salud Física y Salud Mental van de la mano. Por todos es conocida la expresión latina “Mens sana in corpore sano”, y es que en el equilibrio de esta relación se encuentra el camino hacia el bienestar emocional. Llevar unos hábitos de vida saludable y cuidarnos en ambos niveles es uno de los pilares principales para empezar a evaluarnos como seres merecedores de valía.

2.- Aprender a poner límites
Son muchas las ocasiones en las que un bajo autoestima nos lleva a perseguir (quizás inconscientemente) la aprobación de todo el mundo. Nos cuesta decir que no a determinadas peticiones, llevamos a cabo algunas conductas para agradar al otro que muy probablemente ni siquiera queramos ejecutar o, incluso, nos exponemos ante situaciones peligrosas solo por pretender formar parte de un grupo. Esto de “aprender a poner límites”, que dicho así parece fácil, es una de las cuestiones que más cuesta trabajar, pero también es uno de los ítems que con ayuda profesional pueden mejorar en gran medida.

3.- Ser autocrítico constructivamente
Es totalmente normal que todos tengamos aspectos de nuestra personalidad que podemos reconocer como “defectos”. Están ahí y, aunque naturalmente está bien intentar mejorarlos, infravalorarnos por ellos puede añadir sentimientos de malestar y culpabilidad por los que conseguir una autoestima adecuada va a hacerse mucho más difícil. Es más beneficioso catalogar los defectos como “puntos débiles” con los que trabajar y mejorar paulatinamente.

4.- Un momento al día solo para mí
Cuanto tiempo ocupe este momento dependerá principalmente de cuáles sean los horarios y circunstancias vitales de cada uno. Pero lo cierto es que reservar al menos 10 minutos diarios, puede reportarnos pequeñas dosis de reconciliación con nosotros mismos que nos servirán de mucha ayuda. En qué emplear ese tiempo ya depende de cada cual. Hay quien disfruta de simplemente un tiempo a solas, hay quien prefiere leer, otros elegirán darse un baño, escuchar música o escribir… Puede usarse también para reflexionar objetivamente sobre aquellos acontecimientos que nos hayan ocurrido en el día y analizar cómo reaccionamos, si era esa la forma en la que nos hubiese gustado hacerlo, qué puedo cambiar para hacerlo de otro modo en futuras situaciones parecidas, etc.

5.- Liberarse de lo que me hace sentir mal
En función de nuestras características, hay personas y contextos que no nos reportan nada positivo o que simplemente no cuadran con nuestros objetivos y con la forma en la que vemos el mundo y el modo en el que lo vivimos. Este punto está muy en relación con lo que tratamos anteriormente (punto 2): poner límites. No hay nada mal en nuestra decisión de alejarnos de toda aquella fuente que consideremos “nociva” o que altere nuestro estado de ánimo. Las construcciones sociales y las exigencias que a veces nos ponemos nosotros mismos para con los demás, pueden llevarnos a mantener relaciones o situaciones que nos desagradan y porque “está mal visto” o es una “falta de educación” seguimos tolerándolas, consiguiendo colocarnos directamente en los últimos puestos de nuestra lista de prioridades.

6.- Me pongo pequeñas metas
Es mucho más beneficioso ir consiguiendo pequeñas metas, ya que al superarlas nos vemos motivados a continuar. No estamos hablando de que no podamos establecernos grandes objetivos, sino que será más fácil llegar hasta ellos si vamos desglosándolos en pequeños pasos que nos vayan acercando poco a poco. Al dar pasos pequeños, los obstáculos serán más fáciles de superar y vernos capaces de hacerlo nos dará fuerza para continuar, hará que la percepción de nosotros mismos sea más positiva. De otro modo, nos podríamos encontrar con alguna dificultad tan o más grande que nuestra meta y eso nos llevará a abandonar los esfuerzos por conseguirla, además de influirnos negativamente sobre nuestra valía personal.

Estas son solo algunas ideas a partir de las que podemos empezar a trabajar para mejorar nuestra autoestima, y con ello, alcanzar el gran objetivo que puede considerarse el bienestar emocional. Algunos ítems son quizás más “fáciles” de trabajar de forma autónoma y otros requieren de ayuda profesional. En cualquier caso, darnos cuenta de que tenemos que cuidarnos y valorarnos a nosotros mismos ya es el primer escalón para conseguirlo.