Taquicardia, sudoración, molestias gastrointestinales… son sólo una muestra de las diferentes consecuencias que nuestro organismo sufre bajo situaciones prolongadas de estrés, pero ¿cuál es la influencia del estrés en el funcionamiento normal de mi organismo? Descubrámoslo en este post.

La Organización Mundial de la Salud (OMS), define el estrés como «el conjunto de reacciones fisiológicas que preparan a nuestro organismo para la acción«… pero ¿qué ocurre si sometemos a nuestro cuerpo durante mucho tiempo a este nivel de actividad?, ¿cuáles son las consecuencias a largo plazo de este esfuerzo mantenido en el tiempo? Veamos a continuación cuál es la relación del estrés con la posible aparición de enfermedades físicas.

Afectación del Sistema Endocrino

Como sabemos, nuestro sistema endocrino es el encargado, a grandes rasgos, de regular y controlar todos los procesos hormonales que tienen lugar en nuestro cuerpo. Para llevar a cabo su función es necesario que se coordine con el sistema nervioso. Cuando se genera una situación de estrés, las glándulas y hormonas que participan con mayor intensidad son:

  1. La glándula pituitaria (hipófisis): está conectada al hipotálamo y constituida por la adenohipófisis y la neurohipófisis. En situaciones de estrés, la adenohipófisis aumentará la secreción de la hormona ACTH, la cual actúa sobre la glándula suprarrenal estimulando la producción de cortisol
  2. La glándula suprarrenal: constituida por la corteza suprarrenal y la médula suprarrenal. La primera de ellas, está encargada de la secreción de glucocorticoides y, dentro de los glucocorticoides (que tienen acción sobre el metabolismo de la glucosa) encontramos el cortisol. En una situación de estrés prolongado dicho cortisol puede llevar a hiperglucemia (altos niveles de azúcar el sangre) ya que mantendría una producción constante de glucosa
  3. La glándula tiroide: en este caso la hormona que ve aumentada su secreción es la tiroxina. Este aumento trae consigo cambios de humor, irritabilidad nerviosa y falta de energía. Además de esto, se aumentará el flujo sanguíneo y, por tanto, la presión sanguínea.

Disminuye la actividad del Sistema Inmunitario

Como decíamos anteriormente, el estrés será causante del aumento de la secreción de cortisol por parte de las glándulas suprarrenales. Este cortisol afecta también a nuestro sistema inmune, ya que producirá cambios en los leucocitos que son los encargados de luchar contra potenciales enfermedades. Además también puede frenar la secreción y funcionamiento de las citoquinas (conjunto de proteínas que regulan las interacciones de las células del sistema inmune). Todo esto se traduce a nivel físico en una mayor probabilidad de resfriados, mayor dificultad para dormirse, menor resistencia a las infecciones, etc.

Estrés y Sistema Cardiovascular

La relación entre el sistema cardiovascular y el estrés viene mediada por el Sistema Nervioso Simpático. Concretamente por la activación de este último, que traerá consigo diferentes cambios en el funcionamiento normal:

  1. Aumento de la frecuencia cardíaca y constricción de las arterias principales. Esto desemboca en el aumento de la presión arterial y que se disminuya el aporte sanguíneo al tracto digestivo, la piel y los riñones
  2. Los cambios en la presión sanguínea deterioran los vasos y arterias facilitando el paso de los ácidos grasos libres, los triglicéridos y el colesterol al torrente sanguíneo. Esto dará lugar a la formación de placas arterioescleróticas que estrechan el paso de la sangre a través de los vasos. Las consecuencias más importantes que se pueden derivar de este proceso son las anginas de pecho o infarto de miocardio, trombos cerebrales o insuficiencia renal

Cambios en el funcionamiento del Sistema Gastrointestinal

Cerebro e intestino están conectados por el nervio vago, que va desde el tronco hasta el abdomen y, por tanto, parece lógico pensar que cualquier alteración que nos afecte a nivel nervioso tendrá su repercusión en el sistema gastrointestinal. En relación al estrés, se han observado varias alteraciones en el funcionamiento normal:

  1. Reducción de la secreción de ácidos gástricos
  2. Reducción del engrosamiento de las paredes del estómago
  3. Cuando se ha superado la situación de estrés se suele recuperar la secreción de ácidos, pero puesto que las paredes del estómago se han debilitado es posible que aparezca algún tipo de úlcera gástrica

Como podemos observar, la relación entre el estrés y la salud física es mucho más estrecha de lo que a priori podemos imaginar. Por tanto, tener las herramientas adecuadas para gestionarlo es una buena forma de tener el control sobre nuestra salud general.