De acuerdo a la OMS (Organización Mundial de la Salud), la definición de Adherencia Terapéutica es la siguiente: «El grado en que el comportamiento de una persona —tomar el medicamento, seguir un régimen alimentario y ejecutar cambios del modo de vida— se corresponde con las recomendaciones acordadas de un prestador de asistencia sanitaria».

En términos de salud mental, la adherencia terapéutica se basa en seguir el tratamiento o proceso de terapia hasta el final, es decir, hasta que el profesional dé de alta al paciente, cumpliendo así con los objetivos establecidos en un inicio.

Parte de la complejidad de la terapia psicológica es precisamente que el paciente tenga la suficiente adherencia terapéutica para poder lograr las metas establecidas, pero ¿por qué es tan complicado lograr esto?

La adherencia terapéutica como proceso complejo es multidimensional y se sabe que está determinado por la acción recíproca de un conjunto de factores que pueden agruparse en cinco grupos: factores socioeconómicos, los relacionados con el equipo o el sistema de asistencia sanitaria, con la enfermedad, con el tratamiento y con el paciente.

Factores socioeconómicos

El estado socioeconómico deficiente, la pobreza, el analfabetismo, el bajo nivel educativo, el desempleo, la falta de redes de apoyo social efectivos, las condiciones de vida inestables, la lejanía del centro de tratamiento, el costo elevado del transporte, el alto costo de la medicación, las situaciones ambientales cambiantes, la cultura y las creencias populares acerca de la enfermedad y el tratamiento y la disfunción familiar son factores que obstaculizan la adherencia terapéutica.

Factores relacionados con la enfermedad

Gravedad de los síntomas, el grado de la discapacidad (física, psicológica, social y vocacional), la velocidad de progresión y la gravedad de la enfermedad y la disponibilidad de tratamientos efectivos.

Factores relacionados con el tratamiento

Complejidad del régimen médico y su duración, fracasos de tratamientos anteriores, cambios frecuentes en el tratamiento, la inminencia de los efectos beneficiosos, los efectos colaterales y la disponibilidad de apoyo médico para tratarlos.

Factores relacionados con el paciente

Los recursos, el conocimiento, las actitudes, las creencias, las percepciones y las expectativas del paciente. Además, el olvido, el estrés psicosocial, la angustia por los posibles efectos adversos, la baja motivación, el conocimiento y la habilidad inadecuados para controlar los síntomas de la enfermedad y el tratamiento; no percibir su necesidad o su efecto y el entender mal las instrucciones, entre otros factores.

Por lo anterior, dentro del área de la salud mental es muy importante fomentar la adherencia terapéutica en los pacientes y ayudar a que su contexto se preste a que ésta se desarrolle de una forma eficaz para su propio bienestar. ¿Cómo lograr que el paciente presente una adherencia terapéutica lo suficientemente fuerte para que no deserte en el camino?

Del Duca y otros, enfatizan en derribar las barreras derivadas de las creencias, prejuicios, y miedos respecto a la enfermedad, a lo que se suma lo esencial de la información adecuada y la participación activa de la familia en todo el proceso.

Generar una alianza terapéutica; se corresponde con el modelo de relación médico-paciente del tipo participativo que propone la bioética, de forma que permite mejorar la participación activa del paciente en el tratamiento.

Se identificó que para que se cumpla esta alianza, cada paciente debe compartir la responsabilidad de participar activamente en el régimen del tratamiento; para ello es necesario identificar la experiencia del paciente y su actitud hacia la enfermedad y el tratamiento, que participe en la construcción del tratamiento de modo que esté seguro, que entienda cómo y por qué se deben seguir las indicaciones recomendadas. De esta forma, el paciente está informado de todo el proceso para el tratamiento.

Como profesionales de la salud mental, habremos de encontrar estrategias que promuevan la adherencia terapéutica en nuestros pacientes y a la vez trabajarla nosotros mismos para descubrir qué posibles soluciones tenemos a la mano. La finalidad es que los pacientes continúen los procesos de terapia hasta concluirlos y así evaluar si se logró cumplir los objetivos establecidos o no, ya que de otra forma la idea de que la terapia «no funcionó» o «no funciona» continuará latente en nuestra sociedad.

BIBLIOGRAFÍA: